Un nudo gordiano criollo actual: la "Clase Media" ayer y hoy, verdades políticas letales…

 Muchos se preguntan, con amplitud preocupante ¿En qué consiste nuestro más acuciante problema nacional hoy? Raudos y veloces saltan con una contundente respuesta muchos expertos, opinadores, aventureros y parloteadores de oficio: “el problema es Político”…Este vetusto servidor tiene una óptica más simple…

El problema no es político, ni siquiera es ideológico: “el problema es social”. Para muestra, baste un botón. La clase media que naciese con ocasión de la explotación petrolera, creciera y se asentara durante el llamado Decenio Militar, consolidándose durante la Democracia de Partidos (deliberadamente escribo con iniciales mayúsculas por cuanto aspiro se entienda este recurso gramatical a guisa de “nombres propios” para esos períodos históricos), lo hizo mediante el estudio, el trabajo productivo, la industria y el comercio, bajo el amparo del Estado promotor del desarrollo económico, vale decir, se hizo “a pulso propio con padrinazgo”, a veces, hasta vulgar mecenazgo.

Si bien es cierto que aquel Estado fuese “socio” y, en inúmeras ocasiones, cómplice de aquella clase social emergente, en la realización y construcción de “negocios” que dejasen mucho que desear, moralmente hablando, tampoco es menos cierto que a punta de “chorreo” de un abundante caudal de ingresos petroleros, la economía floreció y el trabajo productivo (aunque muchas veces considerado por los aventureros conchupantes de siempre “asunto de tontos”) se convirtió en una opción para todos.

Para cuando esta ordalía roja se inició, trayendo consigo al epítome del resentimiento social al poder, esa clase media estaba cercana al 20% de la población venezolana y era prácticamente insumisa a “papá gobierno”; podía decirse entonces que había tomado identidad y personalidad propia, siendo decisiva su opinión para el logro de contundentes triunfos electorales. De hecho, se producía, aunque con mucha lentitud en las postrimerías del siglo XX, la tan deseada “movilidad social vertical”.

La clase media “roja, revolucionaria, antimperialista y chavista” no se ha formado a pulso, tampoco en el trabajo productivo, menos en el estudio y para nada en la industria y el comercio. Ingentes capas de la población, a punta de prebendas, tráfico de influencias, concusión y cohecho, se han “enriquecido” y, por ende, han ascendido, por arte de esta “magia roja”, a estilos de vida que jamás hubiesen podido lograr tan rápidamente a corto plazo, sin el vulgar reparto carmesí, premeditado y manufacturado a usanza del castrista soborno político “gerontocrático olivardo”. Ha sido tan meteórico el ascenso, que vemos gente bien pobrecita, aún con sus hábitos de vida muy humildes, tripular automóviles de miles de dólares, habitar casas de millones, vestir y calzar ropa que haría palidecer al más encumbrado modisto parisino, por la calidad y al más ambicioso reguetonero, en tanto colores y pintas.

De pésimo hablar, groseros, abusivos, arbitrarios y pantalleros, le restriegan su riqueza “recién vestida, propia de malabarismo logrero” a cuanto congénere pudiesen. La mayoría de ellos armados y rodeados, a veces, de importantes contingentes de espalderos mal encarados, arrollan a quienes les venga en gana, dónde, cómo y cuándo puedan. Y debo advertir que son unos cuantos miles. Aun cuando puedan ser equivalentes a patriotas, liberales, castristas, gomeros, perezjimenistas, adecos y copeyanos, cada uno a su turno histórico en el poder, estos “rojos castro chavistas” son o representan al lumpen moral en etiqueta, pero mal alquilada.

¿Y dónde está el problema social que puede conducirnos a una potencial sangría? ¿Dónde se asoma desafiante esta suerte de "nudo gordiano criollo", acaso desentrañable solo al triste golpe de la espada vengadora? Bueno, elemental: no se puede ser “peón veguero” después de ser “dueño de hato”. Háganse estas simples preguntas ¿Qué va a ser de esa gente, si la prebenda fenece de golpe? ¿Cómo procederán aquellos, ante la expectativa de volver de manera expedita a la pobreza?¿Regresar al barrio?¿Hacerlo más digno?¿Cuándo ha ocurrido eso históricamente en Venezuela?¿Van a ceder sus prerrogativas y negocios conchupantes, a los CapriRosos o a la gente de Maricori, por ejemplo?¿Iris Varela volverá a Barrio Obrero? ¿Diosdado emigrará a El Furrial, a la casa de las sobrinas? ¿Cilia a Boquerón, El Valle o Tinaquillo?...Y al Presidente Maduro no lo nombro porque, aun a regañadientes, tendrá que ir adónde la “Prima Combatente” ordene.

Los hermanitos Rodríguez, hijos, sobrinos y madre, pregunto yo, ¿Volverán a Vista Alegre o Alta Vista o a Barquisimeto o se quedarán en La Florida, los Palos Grandes o Galipán, por decir lo menos? ¿Y qué me dicen del Magistrado emérito, otrora anónimo maleante con prontuario, que hasta casa en La Toscana tuvo?

Y se han nombrado algunos de los más conspicuos. Imagínense los que hasta ayer vivían a la pata del cerro o, acaso, en humilde vivienda, fueran civiles o miembros de la olivardía conchupante y hoy lo hacen en la muy verde Lagunita Country Club. Muerta la fuente de abrevar, se acabará el fluido vital para el festín del despilfarro y tal situación, jamás y nunca, esta gente va a permitir que ocurra, porque la necesidad tiene fauces de can y del ladre hizo olvido ¿Quién aguanta a Carreño cogiendo Metro, después de andar en Mercedes? ¿Y Amoroso, que toda la vida, antes de estos 20 años, pelaba más que ratón en ferretería, allá en su aragüeña capital de origen, sobreviviendo merced al diestro manejo del arma vengadora de Thor, el Dios del Trueno?...

Como le escuché a Andrés Soler en una vieja película mejicana: “Never, nuncamente”…Por eso resulta poco imaginable que esta gente roja se vaya en paz, porque como cantara una vez Reina Lucero: “Con lo mío, mío, mío, con lo mío no te metas…” y menos habiendo sido sido mal habido, como el maíz cogido por la orilla. Cuatrero no devuelve "ganao cachilapo": primero muerto que bañado en heces...


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