El general Isaías Medina Angarita: el hombre de la modernidad venezolana. De López y la transición, a Medina y la modernidad venezolana.

 Isaías Medina Angarita[1], un joven de San Cristóbal, Estado Táchira, hijo además de un viejo militar (de aquellos de “tabaco en la vejiga”[2]) el general José Rosendo Medina y de doña Alejandrina Angarita García, arriba a Caracas en 1912 para estudiar en la Escuela Militar de Venezuela, la misma que un año antes, ha graduado su primera promoción de subtenientes en el siglo XX, el mismo día que se cumple el primer centenario de nuestra Independencia, el 5 de julio de 1911[3].

No conoce Medina a otro Presidente que al general Gómez y como buen tachirense, seguidor además de los pasos de su padre, llega a Caracas para iniciarse en la carrera de las armas. Viene a continuar una tradición que crease el general Cipriano Castro; acaso lo hace para seguir el acimut que el general Juan Vicente Gómez le ha marcado en su rumbo y de alguna manera, a todo ser que viera la luz en las cumbres andinas: el servicio en el Ejército Nacional, rutilante creación institucional del autodenominado “Liberalismo Restaurador” devenido luego en “Rehabilitador” [4].

Se hace afamado en su gremio militar; callado y disciplinado, cumple además con una virtud esencial del “buen soldado”: es bien mandado. Gómez lo observa de cerca y lo acoge bajo su ala protectora[5]. Medina Angarita no adula, no conspira, no murmura y, sobre todo, obedece, siendo además, por añadidura, “paisa”. Se gana el respeto de superiores y subalternos por mérito propio. El general López Contreras, ya Presidente y una vez muerto el Benemérito, encumbra al general Medina hasta el Ministerio de Guerra y  Marina, curso de acción que lo hace ver, a futuro, como candidato a convertirse en un “conveniente sucesor”. Sobre tal conveniencia, opina el general Antonio Chalbaud Cardona:

 

“Sobre el General Medina por sus excelentes cualidades, atribuyo yo el haber sido escogido como para ser candidato a la Presidencia de la República, candidatura que fue muy bien vista y que recibió el respaldo muy directo de nosotros, pues debe Ud. saber que para aquella época teníamos también vedado expresar parcialidad política. Pero prácticamente le dimos nuestro consenso porque veíamos reunido en él una serie de cualidades excelentes en sumo grado, pues era un Oficial inteligente, profesional y además por su marcada ascendencia dentro de la oficialidad, que venía desde la época en que fue Comandante de la Compañía de Cadetes donde tenía como ayudante al posterior General Juan de Dios Celis Paredes. El General Medina, (…) tenía una gran simpatía dentro de las fuerzas armadas y, fundamentalmente en el ejército...” [6]

 

 Así las cosas, el general Isaías Medina Angarita es electo por el Congreso, para el período 1941-1946. La fórmula se ha repetido, la transición parece haberse cumplido y la Venezuela iniciada por el general López Contreras se presume continuará con los cambios que el progreso “natural” ha de prever. Pero el general Medina avanza con firmeza en dos direcciones: acrecienta el proceso de modernización del Ejército y Marina Nacionales[7], y, simultáneamente, produce una apertura total a las libertades democráticas.[8]

En el plano de la gestión minera y con la intención de aumentar la participación nacional en la riqueza petrolera propia, inicia los estudios para introducir reformas en la legislación vigente[9]. El ingreso petrolero sigue siendo visto como recurso estratégico indispensable para impulsar el progreso de la nación.[10]

Por otra parte, Medina abandona, definitivamente, los “aparatos de poder”[11], conducta que por cierto ya había iniciado el general López[12]. Las caravanas, los séquitos, las legiones de espalderos, las correrías de sigüises, son defenestradas del entorno presidencial, al menos, en apariencia. Medina asiste a las retretas en la Plaza Bolívar; camina por las calles aledañas a los centros de poder político. Alguno de sus ministros, como el doctor Rafael Vegas Sánchez, Ministro de Educación, se allega al despacho todas las mañanas a bordo de una flamante bicicleta, ataviado de parisina boina  y con pantalón recogido.[13]

El general Medina termina de abrir la puerta a la modernidad nacional[14], mientras la “civilidad democrática” se ha fortalecido en esos años, en las organizaciones sindicales y en la acción de calle. Rómulo Betancourt, el incansable líder de ORVE, devenido luego en PDN, recorre la nación de un extremo a otro; fortalece su imagen y captura la atención nacional del común.[15] Es así como el 13 de septiembre de 1941, como evolución definitiva de todos los movimientos políticos en los que han participado, Betancourt y la gente que lo acompaña,  fundan el partido que asumirá un protagonismo central en la Venezuela moderna: Acción Democrática, el partido del pueblo.[16]

Es esta la Venezuela que finalmente y a través de la Reforma Petrolera de 1943, obtiene mayor participación en la riqueza que genera la explotación petrolera[17]; es la nación que  despierta por primera vez a una “dinámica” vida económica que, en sus distorsiones, condicionará la vida futura[18]; la misma de una segunda reforma constitucional[19]; la de la pugna definitiva y concluyente por la elección libre, universal, directa y secreta del Primer Magistrado Nacional[20]; aquella que también recibe al “proletario” formal, así como a sus organizaciones obreras, en calidad de fuerzas deliberantes, formadoras de “opinión”[21]; es también la del doctor Arturo Uslar Pietri, eminencia del gobierno de Medina[22], cuya influencia es decisiva en la construcción de una fórmula para una “Venezuela nueva”, petróleo mediante, a través de la modernización del sector agrícola nacional[23], pero signada, sin embargo, por su resistencia a los cambios políticos propuestos por la “civilidad democrática”. Es la misma nación a la que hacen seguir un modelo positivista con aires más renovados, que sigue apuntando al “orden impuesto con progreso”, pero con más libertades; y aquella donde cohabitan, por otra parte, los que se oponen a los primeros y se esfuerzan en presentar otro modelo, en apariencia contrapuesto, que propone también “el progreso pero con orden consensuado”[24], ambos, sin embargo, contando con la riqueza petrolera como recurso estratégico para lograr “el tan ansiado progreso”, riqueza vista como cornucopia de la abundancia que, además, un estamento industrial extranjero se sigue negando a compartir por todos los medios a su alcance.[25]

Es ese estamento petrolero voraz, incomodado en sus fueros y ladino observador desde la barrera[26], junto a las apetencias, reclamos y apremios de los jóvenes militares, aunados a la conveniencia política de Acción Democrática, los medios de prensa que le sirven de parlantes escritos, y los que por una u otra razón (en particular los sectores más conservadores de la sociedad venezolana, vale decir, caraqueña) no se sienten “escuchados y atendidos” por el gobierno, los que van incubando un discurso que promueve “cierta inconformidad general”[27].

En su afán de ir  “sin prisa” pero “sin pausa”, el general Medina pareciese no prestar atención a los signos borrascosos en su propia logia militar y a las nuevas cuya existencia desconoce o acaso prefiere ignorar[28]; al comportamiento cada vez más distante de sus “clientes” petroleros[29]; a los apremios de las organizaciones políticas que se le oponen, así como a una pugna interpartidaria cada vez más agraz por la cuestión de la sucesión presidencial, incluso al interior de su propia organización política: el PDV[30].

A las situaciones anteriores hay que sumarle una concluyente: la incertidumbre acerca de una potencial confrontación militar, aderezada con la conducta inquietante por parte de quien antaño fuese su jefe y que ahora se presenta con aspiraciones presidenciales: el general Eleazar López Contreras[31].

 El general Medina tampoco parece apreciar que las organizaciones sindicales ya no son simples agrupaciones gremiales al servicio de una lucha meramente reivindicativa, sino que se han convertido, en corto tiempo, en “arietes” para una lucha pertinaz entre “contrafuertes”, aquellos que guardan en su seno, cual tropas beligerantes, legiones de intereses políticos y, aun más, otras “inquietudes” complejas de naturaleza político- ideológica[32]. Como en los tiempos del general López Contreras, hay expectación por el reparto o disposición forzada del botín.

La Venezuela moderna, que su gobierno con resolución ha ayudado a construir, es transparente en sus cambios para el general Medina y para quienes, por convicción o conveniencia, lo rodean, ergo el doctor Arturo Uslar Pietri[33]. Finalmente, el Primer Mandatario Nacional, urgido por su preocupación derivada de la sucesión presidencial, el conflicto surgido con su viejo superior y una “civilidad democrática” con sospechosas actitudes conspirativas, va en procura un hombre de consenso y lo halla en la persona del doctor Diógenes Escalante, a quien, para infortunio del “cívico militar”[34], la providencia inescrutable priva de una razón que ya cansada, cede ante la presión de un compromiso por demás tenso y posiblemente jamás deseado[35]. Es entonces cuando el General Medina da ese traspiés que pareciese haber afectado, en alguna medida y en sus rumbos, a nuestros  Primeros Mandatarios Nacionales, curso de acción tomado, acaso, por la prevalencia del poder casi omnímodo que caracteriza al Presidente de la República en Venezuela: impone a un “sucesor incómodo”.[36]

Acaso sea esa  misma prevalencia la que le hace olvidar la inconveniencia e impropiedad de ciertas costumbres paternales hacia algunos mandos militares; fraternales en exceso hacia otros y que, al propio tiempo, no le hace ver “…la viga en el ojo propio…” cuando se trata de comportamientos administrativos cuestionables, en el desempeño de la gestión pública.

Y otra vez un sistema de  conflictos comienza a formarse en esa creación política; la acumulación de entropía se hace cotidiana; “el verbo del conflicto”, esto es, “su discurso”, lo sobrecarga en sus rotaciones desestabilizantes. Y, una vez más, el sistema político es sometido a una serie intensa de pulsiones y choques, atendiendo a su natural inmanencia de sistema caótico. Solo que esta vez parece ser incapaz de absorber las inestabilidades, trascender diversos equilibrios y raudo se precipita hacia su “umbral de inestabilidad”.

En este contexto, caracterizado por una plétora informe de turbamultas, unas soterradas y otras perfectamente visibles, el general Isaías Medina Angarita amanece al 18 de octubre de 1945,  último día de su gobierno: el día en que el sistema político militar- positivista, arriba definitivamente ante el umbral de su propia inestabilidad, luego de cuarenta y seis años[37]. Militares jóvenes (sujetos unos a apetencias personales, otros a anhelos profesionales y todos a requerimientos institucionales no satisfechos) en contubernio con algunos de los líderes civiles del partido Acción Democrática (quienes participan por estratégico interés), junto a milicianos de ocasión, actores accidentales que se tocan con el gorro frigio del “patriotismo revolucionario”,  además de aventureros y oportunistas de toda laya, común a las asonadas sorpresivas y siempre seguidores de última hora (sin olvidar la presencia tras el telón del patrocinio diplomático estadounidense[38]), obtienen la victoria final contra el gobierno, el 19 de octubre de 1945, iniciándose de esta manera otro decurso sistémico[39].

El 19 de octubre de 1945, el general Isaías Medina Angarita al arribar prisionero a la Escuela Militar, luego de su rendición prematura[40], se dirige a los oficiales alzados en los siguientes términos:

 

“A pesar de contar con fuerzas suficientes para enfrentar la insurrección prefiero hacer el sacrificio de mi persona antes que exponer al país a las muy graves consecuencias de una guerra civil, en la que podría ponerse en peligro hasta la propia soberanía.”[41]



[1] El General Isaías Medina Angarita nace en la ciudad de  San Cristóbal, el 6 de julio de 1897; es hijo del General José Rosendo Medina y de doña Alejandrina Angarita García, el primero nacido en Coro, Estado Falcón y quien terminase siendo Presidente del Estado Táchira y, la segunda, joven dama, natural de la ciudad de San Cristóbal, Estado Táchira. Realiza sus estudios de primaria y bachillerato en su ciudad natal y a los 15 años de edad se traslada a Caracas para inscribirse e ingresar en la Escuela Militar, acto que tiene lugar finalmente el 9 de marzo de 1912. Egresa de la escuela con el grado de Subteniente, el 23 de julio de 1914. La primera comisión que recibe es la de Comandante del Tercer Pelotón, Tercera Compañía, Segundo Batallón, Sexto Regimiento de Infantería  “General Carlos Manuel Piar”, en la III Brigada de Infantería. Posteriormente, en febrero de 1919, vuelve a la Escuela Militar como oficial de planta y Comandante de la Compañía de Cadetes. Comparte sus funciones militares con la docencia en dicha institución. Asciende al grado de Teniente Coronel el 15 de enero de 1927 y luego del cierre de la Escuela Militar con ocasión de los sucesos del 7 de abril de 1928, se desempeña entonces como profesor de la asignatura denominada “Conocimientos acerca del servicio interior de Cuartel”  y de Castellano y Literatura en la Escuela de Aspirantes a Oficiales (institución que sustituye a la EM), actividad que comparte como profesor de Educación Física en las Escuelas Federales de Caracas, en la Escuela Normal de Hombres y en el Liceo Andrés Bello. El ejercicio de la actividad docente lo relaciona con profesores y estudiantes civiles,  llegando a formar parte de agrupaciones dónde tienen lugar tertulias, ejercicios discursivos y hasta debates de carácter ideológico y político, al punto de hacerse miembro con posterioridad de conjuntos formales de discusión  intelectual como el llamado Grupo Atenas y  su par el  Club de los Siete. Respecto de su carrera militar, corresponde ese tiempo al momento en que es nombrado Jefe de Servicios de la Dirección de Guerra del Ministerio de Guerra y Marina y es allí donde principia su buena y fructífera amistad con el General Eleazar López Contreras, misma que morirá a raíz del problema por la sucesión presidencial suscitado entre 1944 y 1945. En 1930, es designado miembro de la Comisión de Reglamentos Militares y Navales; en 1931, Ayudante Interino de la Jefatura del Estado Mayor y a partir del 15 de julio de ese mismo año, Jefe de Servicios del Gabinete del Ministerio de Guerra y Marina, además de Secretario, cargo que desempeña hasta el 12 de julio de 1935. Ascendido al grado de Coronel, el 12 de julio de 1935, es nombrado por Decreto Ejecutivo, del 1° de marzo de 1936,  Ministro de Guerra y Marina. Asciende a General de Brigada el 5 de julio de 1940. Es electo por el Congreso Nacional para ejercer la Presidencia de la República, para el período 1941-1946. Renuncia a la primera magistratura nacional motivado por una rebelión militar, el 19 de octubre de 1945. Muere en Caracas, luego de un exilio de ocho años, el 15 de septiembre de 1953.

[2] Esta expresión criolla es de origen llanero. Referida  al coraje y a la bravura en la pelea, está asociada, en su construcción verbal, a la vieja costumbre llanera de los siglos XVIII y XIX  de llevar el tabaco para mascar, al interior de una vejiga de  toro,  misma que se portaba sobre la verija; los bravos guerreros llaneros en su mayoría, llevaban el “tabaco en la vejiga”. Los salteadores de caminos,  muchos de ellos trocados luego en guerreros durante la Gesta Emancipadora, popularizaron esta cita para ilustrar el empeño y la valentía en el combate. En la larga ristra de contiendas civiles del siglo XIX, se hizo muy popular entre los hombres de armas. Una vez devenido el siglo XX, en el proceso de modernización de las Fuerzas Armadas, estas expresiones se fueron diluyendo. Quien estas líneas escribe tuvo la oportunidad de cumplir deberes laborales bajo el mando del Coronel Luis Manuel Bruzual Martínez, hijo del General Luis Manuel Bruzual Bermúdez, quien fuera de la primera promoción de cadetes de la Escuela Militar del siglo XX,  egresada de la institución el 5 de julio de 1911, oficial General que llegara a ser Director de la Escuela Militar;  al propio tiempo, con el Capitán Homero Antonio Leal Fortique, hijo del General Homero Ignacio Leal Torres, este último oficial General quien llegara a ser Comandante General del Ejército y Ministro de la Defensa, y quien fuese hermano del también  General Alberto Leal Torres, uno de  los primeros oficiales que marchara al Perú para cursar estudios superiores; asimismo con los Maestros Técnicos Mayores Jesús Salvador González Rodríguez y Eduviges Mariano Natera Maucó, dos de los primeros especialistas del Ejército en radiotelegrafía (vibro y telégrafo de campaña) y los dos primeros suboficiales enviados a los Estados Unidos a prepararse en cinematografía y producción cinematográfica. Todos los antes mencionados oficiales y suboficiales, excepción hecha del Capitán Leal Torres, pertenecen a la vieja generación militar del Ejército Nacional y de aquellos que caminaron los primeros pasos de las Fuerzas Armadas Nacionales, en particular entre los gobiernos del General Isaías Medina Angarita, el Trienio y el llamado Decenio Militar.  Todos hacían uso de estas viejas expresiones que junto aquellas de “Manga miá” y “Chopo e’ Piedra” pertenecen al léxico militar venezolano, cada una de ellas con su propio peso específico en la impronta del discurso cuartelero coloquial venezolano de los siglos XIX y XX. Son expresiones que en términos de los actos de habla del Profesor John Austin, según el contexto y la intencionalidad del discurso, pudieran asumir, a veces, condición de ilocución y en otras de perlocución.

[3]La promoción en referencia estuvo integrada por cinco cadetes, a saber y en estricto orden de mérito, Alejandro Rascaniere Valderrama, Luis Manuel Bruzual Bermúdez, Santos Miguel Rausseo Silvera, Juan Pablo López Centeno y Rafael Hernández Chacón. Don José Eliseo López Centeno, hermano del General Juan Pablo López Centeno, contó en una oportunidad a quien estas líneas escribe, que la selección de estos cadetes se hizo entre los 20 mejores bachilleres  del país, además de la impronta familiar militar de los muchachos; de esa camada de jóvenes se seleccionaron ocho, tres “no aguantaron la mecha”. El General López Centeno era hijo del General José Mercedes López, viejo caudillo de Maturín. Carlos López Centeno, hermano del General Juan Pablo, hizo también carrera militar pero hasta el grado de Capitán.

[4] “Juan Vicente Gómez sucede a Cipriano Castro en el ejercicio del liderazgo personal único y unificador, por él es que se mantiene el dominio territorial y la concentración del poder político. Consolida el control absoluto de la violencia legítima mediante la formación del Ejército Nacional, concebido y organizado como institución profesional y moderna, amalgamado bajo la imagen bolivariana y las ideas republicanas. Se produce así la posibilidad de una sucesión institucional y no personal del liderazgo político en Venezuela. Para la segunda década del mandato de Juan Vicente Gómez ya estaba suficientemente claro que su verdadero sucesor en el poder político sería el Ejército…”  Sosa Abascal, Arturo, Modernización y democracia: una lectura del Siglo XX venezolano. Transcripción de la conferencia dictada por el Profesor Arturo Sosa Abascal en el marco de la Cátedra de Honor de la Universidad Católica Andrés Bello. Recuperado de internet en http://w2.ucab.edu.ve/tl_files/Catedradehonor/modernizacion.pdf. Pág.3…. “…el llamado régimen andino es en realidad un mascarón de proa del ejército en un país que ahora si es más militar que guerrero (…) Es el ejército el que toma todas las decisiones políticas, entre ellas la más importante cuando designa entre sus filas al sucesor de cada presidente…” Rangel, Domingo Alberto; Venezuela en 3 siglos. VADELL HERMANOS. Caracas, 1998. Pag.117.

[5] Es el mismo General Gómez quien, en  1931, lo nombra Jefe del Estado Mayor del Ejército Nacional.

[6] Guzmán Pérez, Eduardo; Isaías Medina Angarita. Democracia y negación. ESPASANDE. Caracas, 1985. Pág.300.

[7] “Llega una Misión Naval estadounidense para cooperar en la Escuela Naval y el Arsenal Naval (antiguo diques y astilleros nacionales). El convenio lo firmaron el embajador venezolano en Washington, Diógenes Escalante y por el Departamento de Estado, Sunmer Wells, el 24 de marzo de 1941. Tenía una vigencia inicial de cuatro años. En su artículo primero señala como el objeto de esta Misión era el de... "…cooperar con el Ministerio de Guerra y Marina de Venezuela y con los oficiales de la Armada Venezolana,"... procurando..."aumentar la eficiencia de la Armada Venezolana”. Durante estos años de Guerra Mundial, y en buena parte debido a ello, oficiales navales venezolanos, entre éstos el entonces Teniente de Navío Ricardo Sosa Ríos, son enviados a Panamá, al Fifteenth Naval Distric. En una demostración de con quien estaba Venezuela, en la práctica, durante la iniciada contienda bélica mundial, se le vende al gobierno estadounidense, por la cantidad de dos y medio millones de dólares de ese país, las naves mercantes italianas y alemanas que por motivo de la Guerra Mundial permanecían en puertos venezolanos (…) La misión estadounidense instala y entrena una batería de defensa costera en la isla de Patos. Otro tanto hacen en Paraguaná y Puerto La Cruz  (…) casos absolutamente vitales para la exportación de petróleo. Bajo la dirección del jefe de la misión se desarrolla un curso de aplicación para Oficiales de la Armada. Son enviados para la Zona del Canal, en Panamá, los Alféreces de Navío Jesús Carbonell Izquierdo, Manuel Herrera, Armando Mena, Orlando Medina, Jesús Salazar y Juan Torrealba. En marzo de 1944 son enviados a la Escuela Postgraduada de Annapolis, Jesús Carbonell y Juan Torrealba. Los cañoneros "General Urdaneta" y "General Soublette" son reparados en astilleros estadounidenses. Fue enviado para estudiar en la Academia Naval de Annapolis el Cadete José Constantino Seijas. En 1943 se realizan exámenes para la oficialidad de la marina bajo la supervisión del Capitán de Fragata José Joaquín Fuentes y los Capitanes de Corbeta de la misión naval Herbert F. Eckberg y S. A. Hammond, Jr. Bajo el Convenio de Préstamos y Arriendos se logran... " cuatro buques caza-submarinos (...) Antonio Díaz, Brión, Arismendi, Briceño Méndez (Sic)" Recuperado de internet en http://www.resdal.org/. Testimonio palmario de esta modernización, la constituye el envío de oficiales venezolanos a cumplir programas de formación profesional en la Escuela Militar de Chorrillos, en la República del Perú y a la Escuela de Aplicación de Artillería en la misma nación peruana. Sobre el particular afirma la Profesora Ocarina Castillo D’Imperio: “Entre 1940 y 1946 egresaron 7 oficiales venezolanos de la Escuela Militar  de Chorrillos, a saber, Ramón Clemente Morales, Tomás Pérez Tenreiro (41ª Promoción, febrero 1940); Martín Márquez Añez y Edmundo Paredes Vivas (44ª Promoción, febrero 1942); Alberto Leal Torres, Pedro Delgado Suárez y David Coraspe Antolínez (48ª Promoción, febrero 1946). Las otras instituciones peruanas que tuvieron relevancia en la formación de oficiales venezolanos fueron la “Escuela de Aplicación de Artillería” ubicada en “Los Cabitos”, Chorrillos (de la cual egresó en la VII Promoción correspondiente a noviembre de 1939, Marcos Pérez Jiménez)…” Castillo D’Imperio, Ocarina; Un hombre, un dilema, un  magnicidio. Carlos Delgado Chalbaud. CDCH-UCV. Caracas, 2011. Pág.127.

[8] En el contexto que se desarrollase para el período 1936-1941, se expuso la tesis de la Profesora Clara Marina Rojas en cuanto a que en entre 1936 y 1948, pueden distinguirse tres períodos de “liberalización política”. El primero lo caracteriza la Profesora Rojas como aquel que tuviese lugar entre los años 1936 y 1941; el segundo, dice  la misma investigadora, se corresponde con el comprendido entre los años 1941 y 1945. Sobre el particular acota la autora referida: “El segundo período de liberalización política tuvo lugar durante el gobierno del General Isaías Medina (1941-45). Al garantizar el derecho a la libre asociación, el medinismo hizo posible la estructuración de los movimientos urbanos que había comenzado a definirse lenta e intermitentemente a partir de 1928. Durante este período se legalizó (sic) Acción Democrática, primero en Caracas (…), y luego en las otras entidades federales. Los sectores comunistas organizaron La Unión Municipal del Distrito Federal, la Liga de Unificación Zuliana y la Unión Popular en distintos Estados (sic). Estas organizaciones se transformaron en el partido nacional Unión Popular Venezolana (UPV) de cuyo seno emergió en 1944 el Partido Comunista de Venezuela (PCV). Los sectores conservadores cristianos, antiguamente representados en la UNE, fundaron el 15 de abril de 1942, el Partido Acción Nacional. Finalmente, se crearon dos partidos políticos controlados por el gobierno, la Agrupación Cívica Bolivariana y el Partido Democrático Venezolano. Tanto AD, como UPV, Acción Nacional y los partidos oficialistas, aspiraban constituirse en fuerzas políticas nacionales.”  Rojas, Clara Marina; El inicio del juego democrático en Venezuela: un análisis de las elecciones 1946-1947. BIBLIOTECA DE LA ACADEMIA NACIONAL DE LA HISTORIA. Caracas, 1992. Pág.17. Otro rasgo  distintivo de una apertura mayor hacia el disfrute de los derechos políticos, ejemplo fehaciente del ejercicio de las libertades  democráticas y que se aprecia en el período 1941-1945, es la libre participación en el derecho de asociación con fines sindicales y la injerencia militante de los partidos políticos en su organización y dirección. Acerca de de este tema nos hace saber la Profesora Rojas: “La organización del movimiento obrero y del campesinado continuó siendo durante el medinismo otros de los ejes de organización de AD. En cuanto al movimiento sindical, cabe señalar que hasta el comienzo del gobierno de Medina en 1941, los pocos sindicatos que se habían organizado eran controlados por los comunistas. Esta superioridad de los comunistas se mantuvo hasta el año 1944. En esta fecha, de los 136 sindicatos que participaron en el primer Congreso de Trabajadores (22 y 23 de marzo de 1944), 43 sindicatos eran de AD y 93 de los comunistas.” Rojas…Op.Cit…Pág.33.

[9] Necesario hacer notar que no es esta la primera vez que en Venezuela se han hecho esfuerzos en este sentido y desde el sector  público. El Doctor Gumersindo Torres, Ministro de Fomento  del gobierno del General Gómez, durante el bienio 1917-1919, pudiera ser definido como precursor en el siglo XX de estas iniciativas. Sobre el particular, necesario “escuchar” al propio Doctor Torres: “. . . en atención a que es tan importante el papel que desempeña el petróleo en la industria universal y tan seguro y halagador el porvenir de este articulo, el Ejecutivo Federal ha considerado prudente y juicioso el no aventurarse en el camino de las concesiones de contratos que le han sido propuestos, sin haber antes estudiado a fondo tan interesante cuestión a fin de que las determinaciones futuras, sean el resultado de la completa posesión de cuantos conocimientos sean requeridos para juzgar con acierto y no dar lugar a que las generaciones por venir tengan el derecho de hacernos cargos porque no supimos cuidar nuestra riqueza nacional, y es el petróleo fuente segura de riqueza, ya que nuestro país está reconocido como uno de los más favorecidos por la naturaleza en la existencia de tales productos (....) este Despacho, siguiendo el criterio expuesto, se ocupa desde noviembre en acaparar datos ilustrativos, leyes, reglamentos y contratos de arrendamiento de otros países productores de petróleo, a fin de formar un Reglamento aplicable a Venezuela (...) Sería conveniente, además, el envió de una comisión que estudie en los países productores de petróleo las condiciones legales y técnicas de las explotaciones petrolíferas(…) Hasta hace poco, verdaderamente a ciegas se procedió en los contratos, que para exploraciones y explotación del petróleo se celebraron, por lo que de ellos pocas o ningunas ventajas ha obtenido la Nación…” Mommer, Bernard. La cuestión petrolera. Recuperado de internet en: http://www.raco.cat/index.php/boletinamericanista/article/viewFile/98456/146081. Pág.195.

[10] El Petróleo se constituirá en principio y fin del devenir, en recurso indispensable para convertir el pensamiento político en ideas y luego en conceptos posibles, especialmente el “progreso”  desde la perspectiva positivista y luego con las teorías acerca del desarrollo, trocado en concepto más amplio y potente, precisamente, el “desarrollo”. Acerca de la importancia que va cobrando Venezuela en el concierto de las naciones del mundo, por su condición de presunta fuente inagotable del fructuoso aceite negro, asociado al reparto de poder y a la extensión de patrones evolventes de dominación extra continentales, afirma Domingo Alberto Rangel: “…Venezuela se convierte, por el petróleo desde la segunda década del siglo XX en país estratégico para quienes desde el Atlántico Norte van a moldear, encauzar o monopolizar el orden mundial. Venezuela entra a ser una “piedra” significativa en el dominó del poder universal por la materia prima que aporta a quienes, sentados a la mesa de la prepotencia, juegan a la partida de la dominación sobre todo el planeta…” Rangel, Domingo Alberto. Adriani y la Venezuela que no pudo ser. MÉRIDA EDITORES. Caracas, 2004. Pág.154.

[11] Esta entrecomillada expresión, requiere una explicación sucinta. Por “aparatos de poder” entendemos en esta tesis doctoral a los  sempiternos espalderos, limosinas, sigüises y cohortes de seguidores de oportunidad; edecanes, motocicletas y legiones de adulantes, cada uno de ellos cumpliendo  su papel en una suerte de despliegue cortesano asociado al lider del momento. Estos “aparatos de poder”  parecen haber sido parte de la puesta en escena de los Primeros Mandatarios Nacionales y de su maquinaria persuasiva personal, que pareciese expresar de manera terminante: “…aquí llegué yo…”  Hoy, espalderos trocados en “escoltas”,  con radios y chapas, a bordo de grandes camionetas o en motocicletas de alta cilindrada, además de valor inimaginable para el simple ciudadano de a pie,  aunados a grupos de individuos mal encarados cuyo papel es indefinible, junto a seguidores de toda laya, hacen parte de una puesta en escena equivalente, pero ahora replicada en cuanto funcionario menor exista. Es posición nuestra que esta actitud encanta a quien detenta, aunque mínima, una cuota de  mando y representación, especialmente en un país construido sobre la base del poder como motivación.

[12] El General Gómez solía llamar al General López, sobre todo en sus tiempos mozos, “El sequito”, por su extrema delgadez, misma que,  siendo su natural complexión, resultara acentuada luego de la herida de bala en el abdomen, dolencia que le causó, con el tiempo, la ulceración del esófago. Tal dolencia lo obligó a una alimentación frugal que le impidió hasta el final de sus días, ganar peso. Una de las primeras medidas que tomó el General López como Presidente Constitucional de la República, fue desembarazarse de los “aparatos de poder”. La prensa nacional publicó una mancheta que se hizo popular muy pronto y que rezara “El sequito se quitó el séquito”. Esa práctica fue continuada y acentuada por el General  Isaías Medina Angarita.

[13] El Doctor Rafael Vegas Sánchez, médico siquiatra, nació en Caracas el 4 de diciembre de 1908.  Joven invasor en la aventura del General Román Delgado y su malhadado Falke; soldado  fallido en huída por las montañas tropicales  del oriente venezolano, dónde adquiriese una enfermedad que  lo acompañase desde allí y que, eventualmente, acabase con su vida 44 años más tarde: el Mal de Chagas (enfermedad que por cierto llegaría a  ser conocida más ampliamente en el país, gracias a las investigaciones conducidas por el Doctor José Francisco Torrealba, llanero guariqueño, natural de Zaraza, campesino de tierra adentro y quien conociese de primera mano los estragos de tan terrible mal). No es el mismo que regresa a la Patria luego de un largo  exilio y de un trabajo importante en Francia, en instituciones para jóvenes desadaptados. Sueña con hacer posible  sus métodos, en establecimientos de creación criolla, y destinados a ayudar a nuestros jóvenes en una misma situación de abandono. Su trabajo se hace conocido en Venezuela y es así como  “…al inaugurarse en Los Teques, en diciembre de 1939, el Instituto de Preorientación de Menores, el director, el primer director, fue Rafael Vegas…”  El General López, enterado al fin de su experticia, le entrega esa importante responsabilidad. El Dr. Vegas, persiguiendo su sueño, está detrás de una de las más singulares cintas de nuestro cine nacional de ese tiempo, una película que recordamos con particular cariño los niños que vinimos luego, en una generación no tan lejana  a su realización; se trata de “Juan de la Calle”, que como acota el escritor  Eduardo Casanova, biógrafo de Vegas,  el guión  fuera “… escrito por Rómulo Gallegos  (…) para difundir los principios e ideas de Vegas con relación a la niñez abandonada. La realización corrió a cargo de Ávila Films, empresa del propio Gallegos, y fue estrenada con mucho lucimiento el 27 de noviembre de 1941.” En relación a su camino hacia el despacho de Educación, nos dice Casanova: “…en Los Teques, fue visitado por el General Isaías Medina Angarita, quien poco tiempo después, a pesar de que en las elecciones del 41 Vegas había apoyado públicamente la candidatura de Rómulo Gallegos, decidió nombrarlo Ministro de Educación”. Para luego acotar: “Era, eso sí, un ministro nada convencional: entre otras cosas prefería ir en bicicleta a donde tuviese que ir, en lugar de usar pomposos automóviles oficiales con choferes. Trabajaba de sol a sol y era partidario de verificar todo personalmente (…). Solía tratar a los trabajadores del Ministerio con la mayor deferencia. Por otra parte, en nada o casi nada cambió su estilo de vida. Su casa siguió siendo la misma, una vivienda modesta y sin pretensiones, que no parecía la casa de un miembro del Gabinete…” Casanova, Eduardo; Rafael Vegas. Biblioteca Biográfica Venezolana. EL NACIONAL.FUNDACIÓN BANCARIBE. Caracas, 2009. Págs. 47, 48 y 49. El Doctor Vegas murió en Caracas, el 30 de diciembre de 1973.

[14] “Medina Angarita era un hombre de mentalidad bastante más avanzada que López Contreras (…) Un tercer rasgo de la personalidad del General Medina y de su gobierno (…) fue su carácter progresista, ya no en el orden estrictamente ideológico y político, sino también en los aspectos económicos (…) trata de realizar un proyecto de reorganización capitalista de la sociedad venezolana que tiene entre sus objetivos principales: 1- La modernización o transformación evolutiva de las estructuras institucionales del Estado venezolano y de sus contenidos político ideológicos. 2- La superación del carácter rentístico-petrolero, parasitario y atrasado de nuestra economía, e iniciar en su lugar un proceso económico de base reproductiva; esto es, industrializado y, en general, productor de riqueza.” Battaglini, Oscar. El medinismo. DCUCV-MONTE AVILA. Caracas, 1988. Págs.12 y 15.

[15] “…se comprende que se ocupase de explorar la opinión pública más allá de los límites aldeanos de Caracas (…) mediante giras por el interior de la República. Quizás fue la más productiva, en lo sociopolítico, la que motivó un artículo titulado “Una ventana abierta sobre el Occidente venezolano”, publicado el 19 de abril de 1942. Esta gira le permitió tomar contacto con los otros andinos, percibir la tragedia de los campos petroleros y comenzar la siembra, en la provincia, del que sería su Partido. Consecuente con esta orientación, el 15 de abril de 1944 dijo haberse hallado en Apure,….”redondeando mi conocimiento directo de la geografía y de la gente venezolana”….”  Carrera Damas, Germán; La personalidad histórica de Rómulo Betancourt. Versión definitiva del borrador para el ensayo. Recuperado en internet en: http://fundacionromulobetancourt.com/images/pdf/carrera_damas-%20romulo_historico-%2022-2-2011.pdf. Pág.257.

[16]“Aprovechando las circunstancias favorables ofrecidas por la apertura del nuevo régimen, el núcleo dirigente que había dirigido (sic) la campaña de Gallegos, a cuyo frente se encontraba Betancourt, comenzó a reunir y a organizar a todos quienes se habían movilizado para apoyar la candidatura simbólica. Los pedenistas originales actuaron como dirigentes del nuevo movimiento que comenzó a integrarse con intelectuales, líderes obreros, sectores profesionales, pequeños industriales y comerciantes, estudiantes universitarios y con ellos se comenzó a crear en muchas ciudades del país los comités organizadores del nuevo partido.(…) Una vez cumplidos los trámites legales, que hizo posible (sic) la actividad partidista, comenzaron los preparativos para el gran acto de masas que tuvo lugar en el Nuevo Circo de Caracas, el domingo 13 de septiembre de 1941. (…) Más de diez mil personas concurrieron al Nuevo Circo de Caracas el 13 de septiembre. Representantes de todos los Estados viajaron a Caracas para presenciar el gran acontecimiento histórico. Por la prensa se invitó a la “asamblea pública nacional” y se anunció la lista de oradores: Rómulo Gallegos, presidente del partido, que hablaría sobre Orientación General de Acción Democrática; Andrés Eloy Blanco, sobre Ofensiva Cultural del Partido; Luis Beltrán Prieto Figueroa sobre Acción Democrática y los problemas de la educación; Mario García Arocha sobre Acción Democrática ante la cuestión electoral; Ricardo Montilla sobre Los problemas de la provincia venezolana; y Rómulo Betancourt, sobre Acción Democrática y los problemas económicos de la nación.” Catalá, José Agustín; Papeles de Archivo. Cuadernos para la Historia.N°5.EDICIONES CENTAURO. Caracas, 1987. Págs. 15, 16 y 17.

[17] “Esta reforma representa obviamente, el aspecto central de la política intervencionista y modernizadora definida e impulsada por el “Estado medinista”. Con su realización se procura crear la base financiera que le permitiera. “(…) a la sociedad venezolana actuar sobre su propio financiamiento generando sus propios mecanismos de transformación.”…”Battaglini…Op.Cit…Pág.68.

[18]“En Venezuela, la dinámica del petróleo, antes de generar el impulso de una economía basada en la promoción de los sectores productivos, lo que provoca es el surgimiento y desarrollo de una estructura económica totalmente distorsionada; dominada (…) por las actividades del sector terciario: banca y comercio preferentemente. Se trata de una condición que progresivamente se agrava por el hecho de que dichas actividades no estarán orientadas hacia la realización de un proyecto económico de base reproductiva, sino hacia el objetivo simple de apropiarse parasitariamente de los recursos financieros puestos a la circulación por Estado y por las propias compañías petroleras. Esta propensión parasitaria la manifiesta muy claramente la banca privada cuando ya para aquel entonces se muestra sumamente reacia y contraria a emplear su base financiera en la promoción de los sectores económicos reproductivos, no obstante los ingentes recursos que percibe por concepto de las colocaciones bancarias provocadas por el auge de las actividades petroleras. En lugar de esto, refuerza su vieja práctica de funcionar como simple intermediaria de las transacciones comerciales en proceso de ampliación, y como instrumento de crédito a corto plazo con intereses usurarios.” Battaglini…Ídem.…Pág.43.

[19] “El 25 de mayo de 1944, el Presidente del Senado encomendó a los miembros de la Comisión Permanente de Relaciones Interiores, integrada por Julio Medina Angarita, Manuel R. Egaña, Pedro Silva Carranza, Rodolfo Moleiro y Jóvito Villalba, el estudio de la reforma parcial de la Constitución de 1936. El 14 de junio, la comisión presentó su Informe y sus propuestas. Los senadores abordaron distintos aspectos, propusieron  la elección directa de los diputados al Congreso “como primer paso hacia la implantación del voto directo para regular el proceso de alternabilidad constitucional”. Asimismo, la eliminación del inciso 6ª que prohibía la propaganda comunista en las constituciones anteriores. Sobre el particular dijeron: “La prohibición contemplada en el inciso 6ª del artículo 32 de la Constitución no es eficaz para combatir el comunismo y, en cambio constituye un arbitrario instrumento de represión que autoriza cualquier forma de atropello por parte del Gobierno.”… (…) El proyecto de reforma constitucional debía ser presentado al Congreso para su consideración en las sesiones de 1946…” Consalvi, Simón Alberto; La Revolución de Octubre.1945-1948. La Primera República Liberal Democrática. SERIE ANTOLÓGICA DE HISTORIA CONTEMPORÁNEA DE VENEZUELA. FUNDACIÓN RÓMULO BETANCOURT. Caracas, 2010. Págs. 19 y 27.

[20] Quienes se aproximan a nuestra Historia Patria, entendiendo el ejercicio de su periodización como la construcción de compartimientos estancos, sea por  ignorancia, candidez o conveniencia, suelen afirmar que este debate se inicia en el período del General Medina. Hay que recordar aquí, como ya quedó evidenciado en la construcción del contexto 1936-1941, que ese petitorio, esto es, el voto universal, directo y secreto para la elección del Primer Mandatario Nacional, ya figuraba entre las exigencias de los intelectuales en el Manifiesto del 19 de diciembre de 1935. Representa pues una vieja aspiración que madura en el devenir, desde el fallecimiento del General Gómez; pervive en el periodo 1936-1941 y se pudiera decir que hace eclosión en el período 1941-1945. Sobre esta diatriba que degeneró en conflicto político en aquel tiempo histórico, interesante citar de nuevo a Simón Alberto Consalvi: “La sesión del 23 de mayo fue un episodio extraño, como si el enardecimiento de los discursos hubiera hipnotizado a los parlamentarios del PDV, y hubieran aceptado el reto de abrir el sistema a la participación popular. EL Nacional del 24 dedicó su primera plana al acontecimiento con el siguiente titular: “La reforma constitucional para el voto directo en la elección de Presidente de la República, será estudiada por una comisión”. Refiriéndose al orador principal de la jornada, Villalba, dijo: “…quien ayer obtuvo uno de los más interesantes triunfos de su carrera política al ver aprobada por unanimidad una trascendental moción relacionada con la reorganización del Parlamento nacional.” El senador propuso asimismo al Congreso estudiara la posibilidad de reformar la Constitución, “introduciendo en ellas todos los principios por él enunciados como la incompatibilidad relativa de las funciones ejecutivas y legislativas, así como la imposición del sufragio universal y directo para la elección del Presidente de la República.” La proposición del senador fue aprobada por unanimidad, luego de ser respaldada con gran entusiasmo por los parlamentarios del partido oficial. Pero cuando la comisión rindió su informe, ya se vio lo sucedido. Una contraorden bajó de las alturas, y allí murió el gran entusiasmo suscitado el 23 de mayo de 1945.” Consalvi…Op.Cit…Pág.28. Como aspecto momentáneamente conclusivo de este conflicto político, en lo que respecta a su abordaje en esta tesis doctoral, valga citar lo que, tiempo más tarde, escribiese Don Mario Briceño Iragorry, respecto de una conversación sostenida en 1945 con el propio General Medina; dice Don Mario: “En la mañana del 14 de junio de 1945, al día siguiente de la última crisis ministerial ocurrida en su gobierno, Medina Angarita discutió conmigo, a la sazón Presidente del Congreso, acerca del acuerdo presentado al Congreso por Jóvito Villalba, Andrés Eloy Blanco y Rafael Pizanni y por mí, en orden a acelerar la reforma constitucional que permitiese la elección directa del presidente. Entonces, puesto de pies, cual alto era, y golpeando fuertemente el escritorio presidencial, me hizo la siguiente declaración: “Te juro que no tendré en mi vida días y horas suficientes para arrepentirme de no haber estado el año pasado con quienes recomendaban la reforma constitucional en el sentido de hacer popular la elección del presidente. No estaría en este horrible brete.”…” Consalvi…Op.Cit.…Pág. 28.

[21] Las primeras organizaciones gremiales, de artesanos y pequeños empresarios, se formaron al calor del entusiasmo generado por la apertura iniciada durante el período del General López  Contreras y pareciera que únicamente tras la búsqueda de reivindicaciones de carácter laboral, tales como mejoras en los salarios y condiciones de trabajo. Con la apertura política, los partidos comenzaron a participar en la  estructuración y fundación de organizaciones sindicales y gremiales u otras de tal naturaleza o a captar a sus dirigentes naturales como militantes de los partidos recién fundados o, en otro sentido, militantes de los partidos se trocaron en dirigentes gremiales, de manera que partidos-militantes-dirigentes gremiales-organizaciones sindicales, comenzaron a representar un movimiento sinérgico, que devino luego en “eje trasmisor” del cambio político, social y económico, apoyado además en la difusión profusa de sus ideas, a través de su propia prensa escrita local, como por ejemplo el diario El País o aquellos de tiraje cotidiano como el semanario Ahora o los diarios La Esfera o El tiempo, medios constructores  de simpatías partidarias y difusores de contenidos ideológicos, de particular influencia en la opinión pública.  Esta influencia se hizo cada vez más patente y entre los años 1939 y 1941, se materializó en movimientos obreros, gremiales e incluso campesinos de particular figuración en la vida nacional, tales como la Federación de Trabajadores Petroleros, al frente de la cual se hallaba el dirigente sindical Luis Tovar, militante luego de AD y, de la misma tolda, Luis Beltrán Prieto Figueroa, quien terminase fundando la Federación Venezolana de Maestros. Como señalara la Profesora Clara Marina Rojas, el objetivo inicial de AD fue la penetración del movimiento sindical que, en el período del General Medina, estaba bajo el control mayoritario de los comunistas. Es esta influencia la que promueve y facilita  la participación, aunque  minoritaria, de “civiles armados” en los hechos que se suscitaron en Caracas, el 18 y 19 de octubre de 1945 y que permitieron acaso a los adecos y militares asociados, otorgar características de “Revolución” al movimiento que terminara derrocando al General Medina.

[22]“En el gobierno de Medina Angarita, Uslar Pietri ocupa un primer plano político: desempeña tres cargos en el gabinete, es uno de los artífices de la formación del Partido Democrático Venezolano y uno de los principales líderes, es blanco predilecto de los ataques de la oposición y, fundamentalmente, ha sido considerado como “el ideólogo del régimen” o como “el intelectual del medinismo”…” Jansen Ramírez, Víctor Genaro. El pensamiento de Arturo Uslar en el ámbito de la reflexión liberal venezolana del siglo XX; Revista Memoria Política, N° 10, Pág.31.

[23] “La única política económica sabia y salvadora que debemos practicar, es la de transformar la renta minera en crédito agrícola, estimular la agricultura científica y moderna, importar sementales y pastos, repoblar los bosques, construir todas las represas y canalizaciones necesarias para regularizar la irrigación y el defectuoso régimen de las aguas, mecanizar e industrializar el campo, crear cooperativas para ciertos cultivos y pequeños propietarios para otros. Esa era la verdadera acción de construcción nacional, el verdadero aprovechamiento de la riqueza patria y tal debe ser el empeño de todos los venezolanos consientes. Si hubiéramos de proponer una divisa para nuestra política económica lanzaríamos la siguiente, que nos parece resumir dramáticamente esa necesidad de invertir la riqueza producida por el sistema destructivo de la mina, en crear riqueza agrícola reproductiva y progresiva: sembrar el petróleo.” Rivas Aguilar, Ramón, Arturo Uslar Pietri y la comprensión de la economía venezolana; Revista de Historia; Vol.6; Num.11/12; Pág.24. Las negrillas son nuestras.

[24] La historia política del siglo XX venezolano se caracteriza por la confrontación entre dos vías que buscan alcanzar el ideal común de la sociedad moderna y democrática. La primera lo intenta de arriba hacia abajo y la segunda propone un movimiento simultáneo de arriba hacia abajo y de abajo hacia arriba.Sosa Abascal…Op.Cit…Pág.8.

[25]El interés norteamericano, plasmado en los acuerdos de Bretton Woods y que suponían la implantación, al finalizar la segunda guerra mundial, del libre comercio, el establecimiento del patrón  oro con el dólar como moneda rectora y el levantamiento de las protecciones arancelarias, “…no podía menos que chocar con la práctica económica que se venía desarrollando en Venezuela…”…que se fundaba “…en un estricto control de importaciones, y de cambios, y en la intervención del Estado en la orientación, dirección y ejecución de los planes económicos nacionales.” Battaglini…Ibid…Págs. 105 y 106. Por otra parte, como afirma el Profesor Sosa Abascal: La presencia de compañías extranjeras en la actividad petrolera, la conciencia extendida de la importancia de la renta petrolera para impulsar la modernización, al lado de la percepción común sobre los enormes beneficios obtenidos por las corporaciones petroleras, entre otras cosas porque el Estado venezolano les exigía demasiado poco, hizo que la lucha por aumentar la renta se convirtiera en la bandera nacionalista apoyada por todos los estratos de la población y todas las corrientes políticas. Así, el nacionalismo, concretado en el disfrute de la riqueza petrolera por los venezolanos, se convirtió en una enorme fuerza aglutinadora de los esfuerzos modernizadores.” Sosa…Op.Cit…Pág. 8. La conflictividad con el estamento hidrocarburífero extranjero, se agudizó en el período del General Medina, al intentar, vía la Reforma Petrolera de 1943, recabar mediante impuestos aplicados al suelo y a la renta, una mayor participación en la riqueza generada por el fructuoso aceite negro para el país. El Gobierno de los Estados Unidos, asume como política hacia estos arrestos nacionalistas, actitudes calificables de “duras”. Así lo patentiza el Profesor Battaglini cuando hace saber: “Estos propósitos generales de la política económica de los Estados Unidos hacia América Latina, cobran una mayor fuerza (casi podría decirse que cobran la fuerza del chantaje) en la declaraciones de William L. Klayton – Secretario Auxiliar de Estado y consejero principal de ese país en la Conferencia de Chapultepec – en las que hace depender la “preservación de la paz del mundo” de la aplicación de los acuerdos de Bretton Woods, de los contenidos de la Carta Económica para las Américas y del establecimiento de la hegemonía económica y financiera de los Estados Unidos.” Battaglini…Ibid…Pág.106.

[26]“Señalemos como dato interesante que a mediados de junio de 1943, el señor Henry Leman, gerente de la “Standard” en Venezuela, emitió algunas opiniones críticas sobre el presidente Medina, añadiendo “…Nosotros tenemos poder suficiente para tumbar a Medina”. Al conocerse ese comentario en los predios oficiales, Leman fue expulsado del país, por lo cual antes de regresarse a EE UU comentó a los detectives que lo acompañaban: “Díganle a Medina que ésta me la pagará. Algún día lo veremos exilado en Nueva York.”  Castillo D’Imperio…Ídem…Pág.155.

[27] “Con el fin de crear el máximo de condiciones que “justificaran” el derrocamiento violento del Gobierno, AD y la prensa de oposición llevan a cabo una intensa campaña de opinión centrada en la manipulación efectista y deformada de importantes aspectos de la situación política del momento….” Battaglini…Ibíd.…Pág. 206. Esta campaña de “inconformidad general”  y sus posteriores consecuencias, pueden acaso verse reflejadas  en este relato que hace Don Mario Briceño Iragorry, preso en la Escuela Militar y ya en proceso de derrocamiento del General Medina. Dice Don Mario: “Al segundo día de estar en los calabozos, nos percatamos que aún en la Escuela había milicianos, que desde los ventanales del techo nos miraban con curiosidad. Fue sorprendida una conversación de unos de estos que decía a otros: “Mira, aquí están estos grandes carajos del régimen de Medina dándose la gran vida”. Temerosos de que cualquiera de estos irresponsables, pudiera cometer una barbaridad, pedimos que dicha custodia fuera encomendada a la fuerza de línea. ” Testimonio de las ocurrencias de los días18, 19 y 20 de octubre de 1945, escritas por  Don Mario Briceño Iragorry. Catalá, José Agustín; Papeles de Archivo. 1945-1947. Del Golpe Militar a la Constituyente. Cuaderno Nª9. CENTAURO. Caracas, 1992. Pág.43.

[28] …paralelo al proceso de profesionalización de las Fuerzas Armadas se fue dando también un proceso de maduración política, asociado con la presencia de los jóvenes que salieron a estudiar fuera, particularmente en las instituciones militares peruanas y conocieron el auge militarista que se desarrollaba en América Latina en la coyuntura de la Segunda Guerra Mundial…”  Castillo D’Imperio…Ibíd…Pág. 152. “Las inquietudes nacionales añadidas a las propias de la Institución Armada al crecer y comentarse fueron dando lugar a reuniones, a compactación entre oficiales deseosos de una buena programación de la instrucción, de la orgánica, del armamento…Pero muy importante era el relevo de mandos, ocupados por jefes abnegados y sufridos, pero por regla general incapaces, además cerraban el paso a quienes podían ejercer en meditada manera la jerarquía, la conducción de un programa capaz de sacarnos de la ignorancia, de la rutina asfixiante (…) Así fuimos reuniéndonos en pequeños grupos analizábamos la situación, se imaginaban soluciones, se despertaban esperanzas…”  Testimonio del Coronel Tomás Pérez Tenreiro. Castillo D’Imperio…Ibíd…Pág. 155. “De estos contactos entre militares fueron surgiendo agrupaciones con intereses corporativos como la “Unión Patriótica Militar (UPM)” que agrupaba a los militares jóvenes, siendo expresión del fortalecimiento de los sectores medios, pero también de los valores jerárquicos y regimentados de la institución militar. Estas agrupaciones manifestaban en la dimensión económica una aspiración modernizadora y desarrollista y expresaban el surgimiento de un grupo de oficiales medios, que no solo defendían sus posibilidades y ascensos en el seno de la institución militar, sino que evidenciaban su interés por participar en la vida política e intervenir en la dinámica nacional. Ello significaba retomar las banderas del nacionalismo para reclamar el rol que las Fuerzas Armadas podían desempeñar en la sociedad venezolana, para lo cual contaban con una oficialidad técnicamente capacitada y con recursos para imponer el orden si fuese necesario.” D’Imperio…Ibíd…Pág. 155. Los suscritos, Oficiales del Ejército, compenetrados con la necesidad en que se encuentra el país de renovar sus instituciones y métodos de Gobierno, introduciendo en ello normas y hombres que con sentido de verdadero patriotismo y decencia política, hagan efectivo el progreso de la Nación, llevándola a ocupar el puesto de avanzada a que tiene derecho por su pasado glorioso; convencidos de que es ya hora de acabar para siempre con la incompetencia, el peculado, la mala fe que presiden los actos de nuestros gobiernos y de la responsabilidad histórica que reclama el momento a las juventudes del mundo (…) la creación de un ejército verdaderamente profesional; limpio de todos aquellos elementos que por senectud o incompetencia constituyen causa de atraso, y dotado del material y demás medios morales, técnicos y económicos necesarios para su desarrollo; dispuestos, en fin, a apoyar todas aquellas medidas políticas y administrativas que redunden en progreso de nuestra patria, nos comprometemos bajo juramento, por nuestro honor personal y por el honor de Venezuela, a trabajar, constituidos en organización secreta, para los fines arriba expresados, sometiéndonos disciplinadamente a las consignas de la organización, manteniendo el más  rigurosos secreto y contribuyendo sin desmayos al éxito de la misión que este compromiso nos impone.”  Fragmentos del Acta Constitutiva la Unión Militar Patriótica (difiere el documento en el nombre de aquel que le asigna la Profesora Castillo D’Imperio). Catalá...Op.Cit…Pág.3. Nota: las negrillas son nuestras y ratifican lo planteado tanto por el Coronel Pérez Tenreiro como por la Profesora Castillo.

[29] El interés petrolero de los Estados Unidos en Venezuela y que se acrecentara con el devenir de la Segunda Guerra Mundial, se hace estratégico para esa nación, en tanto suministro para otro eventual conflicto armado de gran envergadura,  en tal sentido “…la realización del mencionado interés exigía el restablecimiento en Venezuela de una situación política que le restituyera a los Estados Unidos la capacidad de continuar influyendo sobre las decisiones que hasta estos momentos – desde la época de la dictadura gomecista – había permanecido dócilmente subordinado a su estrategia económica, política y militar. De ahí que resulte demasiado obvio el hecho de que los Estados Unidos, a medida que se profundizan sus contradicciones con el régimen medinista, se ven volcados a desarrollar en su contra una acción política – generalmente subrepticia – dirigida a crear condiciones que finalmente permitieran ponerle término (así fuese por la vía del derrocamiento del gobierno constituido) a las modificaciones y cambios radicales introducidos por dicho régimen en aquel orden de relaciones subordinadas.” Battaglini…Ibíd…Pág.111.

[30] “…lo que finalmente precipita la acción golpista que desde hacía tiempo venían preparando la “fracción pentagonista del Ejército” en connivencia con Acción Democrática, es, por un lado, el hecho de que el Partido Democrático Venezolano recupere su facultad de elegir autonómicamente la candidatura alrededor de la cual debía darse la transición presidencial de 1946 y, por otro, el que dicha transición se efectuase mediante el sistema de tercer grado, lo que sin duda aseguraba tanto la elección de Biaggini a la Presidencia de la República, como la continuidad del Partido y del proyecto medinista en la dirección del Estado y la economía.” Battaglini…Ibíd…Pág.195.

[31]“… “Con Medina contra la reacción…” fue el grito de guerra de la alianza gubernamental integrada por el Partido Democrático Venezolano, el Partido Comunista de Venezuela y Unión Popular Venezolana (disidentes comunistas)..”  Consalvi…Ibíd...Pág. 29. Por “reacción” entendían entonces las agrupaciones políticas mencionadas, a la corriente que apoyaba las aspiraciones candidaturales del General Eleazar López Contreras, quien, nuevamente, se presenta como opción para la elecciones de 1946. Respecto de esta corriente, nos dice el Profesor Battaglini: “Representa esta corriente política (…) la posición de las clases propietarias internas que ven amenazados sus privilegios económicos y políticos por la naturaleza y las realizaciones prácticas del proyecto medinista. De ahí, que para este sector de las clases propietarias la política medinista además de ser un acto de traición, es igualmente el “(…) producto de un lamentable movimiento revolucionario” contra el que había que ir. Por eso cuando este sector se constituye en la principal base de apoyo de la candidatura de López Contreras, lo hace pensando que su retorno al poder  le daría la facultad de conjurar los peligros que se veía enfrentando bajo el régimen medinista.” Battaglini…Ibíd…Pág.199. “…queremos ratificar enfáticamente una vez más, que el PDV considera a la reacción como su peor adversario, que rechaza enérgicamente la candidatura del general Eleazar López Contreras y se opondrá a ella con todos los medios pacíficos y legítimos de que dispone y que nunca ni por razón alguna, pactará con hombres o ideas cuya presencia en el poder harían nulas todas las conquistas democráticas del pueblo venezolano.” Fragmento de un artículo de prensa titulado “No puede haber entendimiento entre la Reacción y el PDV”, publicado en el diario El Tiempo, de fecha 19 de septiembre de 1945 y citado textualmente por el Profesor Battaglini. Battaglini…Ibíd…Pág.200.

[32] Entre el 22 y el 23 de marzo de 1944, se efectuó el primer Congreso de Trabajadores de Venezuela, con la presencia de delegados de los 136 sindicatos existentes en la nación para ese momento. “Este I Congreso de Trabajadores marcó dos momentos políticos importantes dentro del movimiento sindical. En primer lugar, la clara separación entre comunistas y adecos, determinada por el retiro de los representantes accióndemocratistas de la Convención. En segundo lugar, la arremetida del medinismo contra el movimiento sindical. El 25 de marzo, la Gobernación del Distrito Federal disolvió la Convención y el Ministerio del Trabajo suspendió 109 sindicatos de filiación comunista, todos aquellos sindicatos cuyos delegados no se retiraron con los adecos. Esta resolución gubernamental no ha sido adecuadamente explicada, pero su resultado fue el fortalecimiento de AD dentro de los sindicatos. Los dirigentes adecos se dieron a la tarea de conquistar los sindicatos ilegalizados, obteniendo resultados positivos a corto plazo.” Rojas…Ibíd…Pág.33.

[33]Uslar (…) pone en tela de juicio el que “el número por si solo constituya un acierto en la orientación política”, replanteando de esta forma, una discusión político intelectual de larga data sobre la capacidad del “número” para llevar a cabo, a través del sufragio universal, las políticas que deben regir a la nación. Uslar escribía “nadie me hará entender que puedan entender los supremos intereses de Venezuela ochocientos mil analfabetos…”  Jansen Ramírez, Víctor Genaro. El pensamiento de Arturo Uslar en el ámbito de la reflexión liberal venezolana del siglo XX; Revista Memoria Política, N° 10, Pág.34.

[34] ¿Es posible la existencia de un “militar cívico” o de un “cívico militar”? ¿Lo era el General Medina? En una conversación que sostiene el Doctor Laureano Vallenilla Planchart con  el Comandante Carlos Delgado Chalbaud, refiere el Doctor Vallenilla: “Me confía que Medina pierde en el Ejército el prestigio que gana en otros sectores de la población. Los militares ven con inquietud la transformación del hombre en líder civil. Los oficiales tienen cada vez menos acceso al Presidente.” Vallenilla Planchart, Laureano; Escrito de memoria. MAZATLAN. México, 1961. Pág. 205. Las negrillas son nuestras.

[35] El Doctor Diógenes Escalante, nace en Queniquea, Estado Táchira, el 24 de octubre de 1879. Cursa estudios en el Colegio del Sagrado Corazón de Jesús en La Grita, el mismo en que estudiase el General López Contreras, quien por cierto, menor que el primero, terminase siendo su alumno en aquella institución y a quien por largos años uniese una respetuosa amistad, nacida de la admiración que López siente por la “preclara y serena inteligencia del Doctor Escalante”. Llegado a la Presidencia, el General López lo hace Ministro de Relaciones Interiores y luego Secretario de la Presidencia. Finalmente, tras los sucesos de 1936, el Doctor Escalante retoma su carrera diplomática, misma que había tenido su origen en el gobierno del General Gómez. Con ocasión de aquellos sucesos, como ya diríamos del 14, 15 y 16 de febrero de 1936, y en los que resultasen saqueadas múltiples propiedades de antiguos gomeros en la ciudad de Caracas, la oposición en ciernes hace graves acusaciones al Doctor Escalante, indiciándolo como  aquel que  suministrara la lista de las casas a saquear a grupos de provocadores y bajo la mirada cómplice del General López, a quien hubiesen convenido aquellos hechos para arreciar la represión contra la “civilidad democrática”. Años más tarde, en su libro “Proceso Político y Social” el General López hará estas afirmaciones en descargo del Doctor Escalante y donde, sin proponérselo, deja entrever la “indisposición natural” de su viejo maestro, en relación a ocupar cargos de inevitable “presión política”. Dice el General López: “Es mi deber referirme también al acto inicuo de mencionar al Dr. Diógenes Escalante, como el que preparó la lista de las personas del régimen anterior que debían ser saqueadas. No llegó a conocer ni tratar a ninguno de los líderes revolucionarios durante su permanencia en Europa, no participaba de sus ideas y nunca tuvo desacuerdos con los amigos destacados del General Gómez. (…) Escalante quien fue mi maestro de escritura en el Colegio de La Grita para 1893, era un joven moderado, prudente y jamás entró en nuestras travesuras estudiantiles, pleitos y desórdenes. Se suponía que iba a ser un gran Sacerdote, cuando vistió de hábitos. Su conducta en los cargos diplomáticos y su falta de conocimiento del medio y de sus hombres, lo hacían inadaptable para el manejo de asuntos políticos en su carácter de Ministro de Relaciones Interiores y de Secretario de la Presidencia, en aquellos momentos convulsivos de 1936, de manera que desde el primer momento se empeñó conmigo para que lo relevara de dichos cargos. (…) Yo comprendí mi error al llevarlo a esos cargos y lo complací al enviarlo a la Embajada en Washington.” Olavarría, Jorge; Gómez. Un enigma histórico. FUNDACIÓN OLAVARRÍA. Caracas, 2007. Págs. 913 y 914. La escogencia del Doctor Escalante por parte del General Medina, es bien vista por todas las partes, esto es, el PDV, en primer lugar, sus partidos aliados en segundo; los adecos que se han entrevistado con el propio Doctor Escalante, en las personas de dos connotados líderes fundadores de AD, que viajan a Washington con esa misión, a saber, Rómulo Betancourt y Raúl Leoni. Rómulo Betancourt, años más tarde. Deja este testimonio para la posteridad, en dónde es posible colegir que el contacto de él con al UPM era de larga data y que él había logrado “posponer” el golpe militar, convenciendo a los jóvenes militares a que esperaran su reunión con el Doctor Escalante en Washington; dice Betancourt: “…le propusimos a nuestros aliados de la Unión Patriótica Militar que se procuraría convencer al Doctor Diógenes Escalante, quien entonces era Embajador de Venezuela en Washington, de que aceptara la postulación.” Catalá…Ibid…Pág.55.  Simón Alberto Consalvi reseña una noticia del diario El Nacional y, a través de ella, desliza su propia opinión, con la argumentación que le sigue: "El 10 de julio el diario El Nacional informó que el embajador en Washington, Diógenes Escalante, había aceptado la candidatura a la presidencia de la República ofrecida formalmente por el Presidente Medina. De tal forma se confirmaba lo que desde el comienzo de 1945 era un rumor persistente. Como la decisión dependía solo del general Medina, la escogencia del doctor Escalante pudo tener dos lecturas: escogía a un gran amigo de López Contreras, a su candidato preferido de 1941, lo cual podría llevarlo a desistir de su proyecto personal o en última instancia, se le creaba un problema complejo al tener que enfrentar al amigo de toda la vida.” Consalvi…Ibíd…Pág.30. Así  las cosas, el 7 de agosto de 1945, el Doctor Escalante arriba a Venezuela y es recibido por una multitud calculada en diez mil personas, que se allegan a Maiquetía en una caravana de más de tres mil automóviles, una cifra significativa, si consideramos que según Guillermo José Schaell, la ciudad tenía cerca de 400.000 vehículos automotores para esa época, tal y como lo menciona en su libro “Caracas, la ciudad que no volverá”. Desafortunadamente, acaso la presión y los avatares, el miedo hacia una situación peor a la que enfrentase en 1936 y el contacto con “…un medio y sus hombres…” desconocidos para él,  que, además, le habían resultado amargamente adversos en una ocasión o, finalmente, simple y llanamente, un desgaste cerebral natural por la senilidad en ciernes,  sirvieron (posiblemente) de detonadores a una crisis que devino en demencia. El Doctor Ramón J. Velázquez, el último Secretario Privado del Doctor Escalante, específicamente en esos días, relata sobre la mañana en que el Doctor Escalante pierde la razón, hecho que dos días antes el Doctor Velázquez venía notando: “Pocos días después, al llegar una mañana a su oficina, abrió la puerta de la misma el propio doctor Escalante. Estaba como siempre correctamente vestido, tenía en sus manos el periódico. Pocos instantes más tarde, sonó el teléfono, lo atendí y una voz me dijo: “Soy el coronel Valera, del cuerpo de edecanes. El señor Presidente está esperando al doctor Escalante para el desayuno acordado y ya están todos los invitados”. Pedí un momento para acercarme al sitio donde estaba Escalante, y le repetí el mensaje. Me dijo: “No puedo ir, pues me robaron las camisas, ese fue mi cuñado”, y yo le respondí que había visto en una mesa de su dormitorio, numerosas camisas y él me respondió que esas camisas eran de Ángel Álamo. Me acerqué de nuevo al teléfono para decirle al edecán lo que el doctor Escalante decía, y me respondió: “No puedo creer lo que dice usted”. Y a mi turno le dije, eso dice el doctor Escalante. El edecán muy alarmado, debió llamar al Presidente Medina que se acercó al teléfono y se identificó para hablar, y me dijo: “Quiénes más están ahí”. Le respondí que únicamente Escalante y yo. Me dijo entonces: “No deje entrar a más nadie, que en diez minutos le llega mi gente” Hablaba desde Miraflores.” Giménez, Rafael Simón. La Historia Oculta. Recuperado de internet en: http://www.lasverdadesdemiguel.net/edicion-491-ramon-j-velasquez-y-el-drama-de-diogenes-escalante/. El Doctor Escalante muere en Miami, el 13 de noviembre de 1964, en un hospital para enfermos mentales. Jamás recuperó la razón.

[36]“Inesperadamente, el 10 de septiembre, y para sorpresa de su propio partido, el Presidente Medina Angarita presentó la candidatura del doctor Angel Biaggini, Ministro de Agricultura y Cría, ciudadano respetable, pero sin proyección política alguna. La noche del 1ª de octubre, fue proclamado el candidato oficial por el Doctor Arturo Uslar Pietri, ministro de Relaciones Interiores, diputado por Caracas y jefe del partido de Gobierno. Obviamente, el nombre de Biaggini desconcertó al oficialismo, y en particular al ministro que lo proclamó, el primero entre los aspirantes a la candidatura. (…) Octubre se va poniendo caliente. A la candidatura oficial le sigue el lanzamiento del general López el 13, quien presenta un manifiesto al país.” Consalvi…Ibíd…Pág. 34 y 35. “Entre los civiles se escuchaban críticas a la gestión medinista: su cercanía a los comunistas, su lenta disposición a acoger el voto directo, universal y secreto, la desorganización administrativa y el crecimiento del peculado; la acusación de continuismo al tratar de imponer su sucesión en un candidato nuevamente andino; que su partido, el PDV, fuese una organización manejada desde el poder que utilizaba recursos económicos e institucionales para sus objetivos proselitistas.”  Castillo D’Imperio…Ibid…Pág.154. “La designación y mantenimiento de la candidatura de Biaggini, a pesar de las invectivas de la oposición (en particular las puestas a circular por Rómulo Betancourt-AD), la postulación de la candidatura de López Contreras y la definición, por parte de Acción Democrática, de la denominada “candidatura nacional”, son expresiones de la ruptura radical y definitiva que se produce entre el medinismo y sus oponentes políticos en el curso de la disputa por la sucesión presidencial de 1946. (…) el medinismo se niega a someterse, por segunda vez, a una maniobra política que de nuevo pretende colocarlo ante la situación de ser desplazado de la dirección del Estado, sin que pudiera hacer nada para evitarlo; todo ello, con grave daño para la continuidad del proyecto de reforma societal que venía tratando de impulsar desde el poder.”  Battaglini…Ibid…Págs.204 y 205.

[37] Como se plantease en el Marco Teórico de la presente tesis doctoral, el Sistema Político se concibe como un Sistema Complejo, esto es, como un conjunto de partes interactuantes, definido esencialmente por sus relaciones y con un fin común. Desde la aproximación teórica planteada allí y siendo más amplios en la exposición, entendemos al Sistema Político como un Sistema Complejo, constituido y continente de dos subsistemas complejos a su vez, a saber, el Subsistema Político Estado y el Subsistema Político Societal. En el primero, coexisten e interactúan dos subsistemas complejos, esto es, el Subsistema Poder Público Nacional y el Subsistema Fuerzas Armadas, Policiales y  de organismos Parapoliciales; en el segundo, los Subsistemas Partidos Políticos, Iglesia Católica, Organizaciones Sindicales y Gremiales, Instituciones Educativas de carácter privado, Medios de Comunicación, etc.; todos coexisten en intersección y entre todos hay transferencia de algún tipo de energía (por ejemplo, en forma de información) pudiéndose producir entre ellos, por  acción de variables endógenas o exógenas, fricciones que hagan acumular al interior de ellos mismos y, en consecuencia, de los sistemas de mayor nivel, sobrecargas de entropía. Desde esta perspectiva, definida aquí en sus rasgos más generales, definimos como Sistema Político Militar Positivista, a aquel Sistema Político Complejo que se instala en el país desde el advenimiento del General Cipriano Castro al poder, junto a su compadre el General Juan V. Gómez, hasta la caída del General Isaías Medina Angarita. Son 46 años, desde el arribo a Caracas de un Castro triunfante en 1899, hasta aquel 19 de octubre de 1945, fecha de la rendición del General Medina. Lo llamamos Sistema Político Militar, porque se caracteriza por el predominio del Ejército Nacional sobre el Subsistema Político Estado y por el papel tutelar que este ejerce sobre las relaciones entre las partes interactuantes en el Subsistema Político Societal. Este papel va decayendo en la medida en que transcurren los períodos del General López Contreras y prácticamente se minimiza (respecto de las dos experiencias anteriores) durante el gobierno del General Medina Angarita. Lo llamamos Positivista por el predominio de las ideas positivistas en su concepción, esto es, el “orden impuesto” mediante un “gendarme necesario” para alcanzar el “progreso”, aspiración que comparten luego todos los líderes de los sistemas políticos que vendrán después. De hecho es posible afirmar que el mismo proyecto de “progreso económico” (luego denominado “desarrollo”) y de “avance social” es compartido casi de manera intacta por los dirigentes de los sistemas políticos que se instalen o traten de instalarse en el país durante ese período. Entre 1948 y 1958, este sistema será tratado de revivir en una versión más moderna y con mayor predominio de lo militar, y que en el presente trabajo doctoral, caracterizaremos como el Sistema Militar Nacionalista.

[38] Sobre esta suerte de patrocinio acota el Profesor Battaglini: “…la Embajada americana en Caracas logra, a su vez, establecer y estrechar relaciones políticas con los factores militares y civiles que organizan y ejecutan el golpe de Estado del 18/10/45. Así lo revela, en parte, el Consejero especial de la Embajada A.Dawson en carta confidencial personal que le envía – ya consumado el golpe- al General de Brigada Kenner F. Hertford de la División de Operaciones del Departamento de Guerra. En la reseña que de esa carta hace Margarita López Maya se lee: “En esta carta Dawson dijo conocer bastante bien a los militares que ahora ejercían el poder en Venezuela. Los calificó de excelentes profesionales y dijo creer que serían los mejores aliados que tendrían los Estados Unidos en América Latina. Dawson, parece, era quien en la embajada con anterioridad al golpe, tenía los mejores contactos con AD y la oficialidad joven de las Fuerzas Armadas Venezolanas.”…(…) En todo esto (…) resalta la figura de Dawson, quien además se mostrará sumamente activo en el desarrollo del golpe de Estado y en las diligencias de coordinación de relaciones políticas de la Embajada americana con el nuevo gobierno. Se confirma así, que no se está en presencia de un simple Consejero de la Embajada sino de un Comisionado especial del Departamento de Estado designado ex profeso para participar – junto al Embajador Corrigan – en el manejo de la situación política venezolana de esa coyuntura.” Battaglini…Ibid…Págs.220 y 221. Y respecto de la participación del propio embajador Corrigan, oigamos lo que sobre el particular cuenta Don Mario Briceño Iragorry, desde su prisión en la Escuela Militar, el mismo día que principiaron los acontecimientos: “En la noche fuimos visitados por un periodista americano, corresponsal de United Press, quien por mediación de la Embajada Americana, con la cual ya estaba en contacto el Comité Militar que dirigía el golpe, había obtenido permiso para interrogarnos. En verdad que no pudieron ser más impertinentes las preguntas que nos hizo el corresponsal, pues empezó por inquirir de nosotros lo que supiéramos del golpe. El general López Contreras habló por todos y le dijo que eran los señores militares quienes podían informarle al respecto, pues nosotros éramos unos simples detenidos. Comprendimos que más que preguntarnos, el periodista había ido a vernos para informar sobre nuestra prisión y seguridad. (Esa misma noche el embajador Corrigan envió un empleado a mi casa de familia a informar a mi mujer que el Comité Militar le había dado garantías para mi vida.)” Catalá…Ibid…Pág.38. Las negrillas son nuestras.

[39] El día 17 de octubre, en la víspera de la asonada, se suceden hechos que los testimonios de los protagonistas hacen pensar en las evoluciones que tienen los conflictos políticos y como la entropía, imponderable en sus efectos, lentamente va empujando a los sistemas políticos hacia su umbral de inestabilidad. El General Medina acota: “El 17 de octubre en la tarde recibí un anónimo en donde se me aconsejaba cuidarme personalmente y se  me alertaba sobre una conspiración que había ganado ya mucho terreno en el ánimo de oficiales de todas las armas, inclusive del Regimiento que tenía a su cargo la guardia personal del Presidente, y se me daban los nombres de ocho oficiales que encabezaban la conspiración.” Consalvi…Op.Cit…Págs. 45 y 46. Unas horas más tarde, en el Nuevo Circo de Caracas, Acción Democrática, el partido del pueblo, se apresta a realizar un mitin multitudinario para tratar el tema de la “sucesión presidencial” entre otros temas de “interés nacional”. En el ardor del discurso, exclama Rómulo Betancourt a la audiencia, acaso su principal y más esperado orador: “Nosotros aceptamos que queremos dar un golpe de Estado pacífico, es decir que queremos encontrarle una salida evolutiva a la compleja situación política del país; pero esta aspiración evolutiva se frustrará si quienes gobiernan continúan en su actitud de insólito desdén a la opinión (…) La tesis de gobierno provisional con candidato nacional la ligaremos a las grandes consignas que ha estampado nuestro partido en su programa (…) A todo el pueblo venezolano, a todas las clases sociales venezolanas, a todos los que se sienten desvinculados a este régimen los llamamos a luchar por la consigna, por la gran consigna que esta noche histórica de la nueva Venezuela dejamos sembrada en la conciencia del país: elecciones generales, presididas por un Gobierno provisional, a fin de que mediante el sufragio directo, universal y secreto, el pueblo venezolano pueda escoger un Presidente de la República y un Poder Legislativo que sean los auténticos depositarios de la soberanía de la Nación. Suárez Figueroa, Naudy; Rómulo Betancourt. Selección de escritos políticos.1929-1981. FUNDACIÓN ROMULO BETANCOURT. Caracas, 2006. Pág.182. (negrillas nuestras) Posiblemente, en el mismo instante en que Betancourt  se dirige a una multitud emocionada que se desata en aplausos y vítores, unas cuantas cuadras más al oeste, en la Escuela Militar, se está realizando una cena entre oficiales militares. Nos cuenta sobre el ágape Don Mario Briceño Iragorry: “En la noche de miércoles 17 había  sido invitado por el comandante Arévalo, Director de la Escuela, el coronel Ruperto Velasco, Director de Guerra a una cena en la Escuela, a la que fueron invitados además, el mayor Delgado, Vargas, Loscher y Buenaño. La comida estuvo rociada de abundante whisky y Velasco hubo de perder la cabeza un poco y se produjo (sic) en largas consideraciones sobre la disciplina, todo en medio de “ademanes de ebriedad simiesca” según palabras de Loscher. Al día siguiente, 18, Velasco volvió a las 9 a.m, a la Escuela con el fin de  conducir a Delgado al Ministerio por encargo del ministro Becerra. Advertidos los oficiales que su plan había sido delatado, resolvieron la prisión inmediata de Velasco y se declaró la rebelión.” Catalá…Ibid…Pág.37. Se precipitan entonces los acontecimientos. El Coronel Edito Ramírez, protagonista de aquellos hechos, siendo entonces Teniente y oficial de planta en la Escuela Militar, refiere: “El momento era decisivo. Buscábamos dónde cambiar impresiones y por doquiera advertíamos la presencia de los jefes…En menos de cinco minutos, estuvimos tras la escalera que da frente a la cocina; allí Delgado comenta: “si voy al Ministerio, me hacen preso como un tonto” y si no va, comenté yo, está en rebeldía, “pues vamos a lanzarnos”, coreamos todos. (…)…saludé en el patio principal al coronel Velasco y continuaba mi marcha hacia el hall de oficiales (…) cuando tropecé con el mayor Delgado y el capitán Parra, quienes ya traían preso al comandante Arévalo. “Lo dejo con el Comandante” – me dijo aquel – mientras el arrestado me insinuaba la conveniencia de conversar y cambiar ideas amigablemente (…) En este mismo momento, otros oficiales conducían al calabozo al coronel Velasco, quien desesperado daba voces de arresto y aludía su condición de Coronel Director de Guerra (…) Ya a las puertas del calabozo, el Coronel trató de sujetar a Delgado para hacerlo preso. Fue entonces cuando Arévalo le advirtió: ¡¿No se da cuenta, mi Coronel, que los presos somos nosotros?!...Al punto me gritó Mario Vargas: “Edito ¡Háblale a los cadetes!...” Catalá…Ibid…Pág.12. Por su parte y en el cuartel de Miraflores, nos dice el entonces Mayor Celestino Velasco, jefe de aquella unidad y pariente por cierto del coronel Velasco preso en la Escuela Militar: “A las 9 y media del día 18, me dijo el teniente Carlos Morales que “estuviéramos listos”. Enseguida me entrevisté con mis oficiales y con Nucete Paoli. Casi de inmediato recibía órdenes del teniente coronel Varela de reforzar los servicios de la parte de atrás del cuartel. A las diez y media se observó mucho movimiento de los oficiales superiores, tanto en el Palacio de Miraflores, como en el Ministerio de Guerra, habiendo sido llamado a este el teniente coronel Varela. Pocos minutos después salía yo a la puerta del cuartel y observé que en el carro de Varela se encontraba el mayor Pérez Jiménez, en calidad de detenido. Notifiqué entonces a mis oficiales “que estábamos descubiertos” (…) Estábamos decididos a dar el golpe ese mismo día. Como de diez a doce de la mañana, llegó el teniente Illaramendi, y dándome una palmada en el hombro me dijo “Mi Mayor, que ya…” Esta fue toda la orden que recibí del Comité…” Catalá…Ibid…Pág.29. El gobierno en pleno fue cayendo ,poco a poco , bajo poder de los insurrectos y como dice el Coronel Ramírez para “… las 15:00 horas (…) del día 18, los calabozos del Instituto eran insuficientes para poner bajo seguro a tantos peces gordos: general López Contreras, ex Presidente de la República y candidato para un nuevo período, arrestado en la habitación de un oficial; doctor Uslar Pietri, Ministro de Relaciones Interiores; doctor Mario Briceño Iragorry, Presidente del Congreso Nacional; general Manuel Morán, Jefe del Estado Mayor General; general Antonio Chalbaud Cardona, Inspector General de las FF.AA. y tantos otros.” Catalá…Ibid…Pág.13. En estos emocionados relatos de los oficiales comprometidos, pareciese vislumbrase una “masiva participación” del personal militar en el alzamiento, apariencia que algunos números parecen contrariar. Las Fuerzas Armadas para ese momento contaban con 950 oficiales. Los comprometidos, según una lista parcial que cita José Agustín Catalá, miembros todos de la UMP, sumaban 125 oficiales del Ejército y 22 oficiales de la Armada, para un total de 147 oficiales, esto es, 15% de la totalidad de la oficialidad, de lo que  se pudiera colegir que el 85% o no estaba de acuerdo o esperaban a buen recaudo el desarrollo de los acontecimientos. Un detalle interesante que vale la pena citar es la proporción de oficiales subalternos participantes del movimiento, respecto de los superiores y, como era de esperarse, la ausencia total de los generales. De un total, como ya se dijese, de 147 oficiales, 28 son Capitanes y 70 suman los Tenientes, Subtenientes y Alféreces de Navío, esto es, casi la mitad de los comprometidos correspondía a jóvenes o muy jóvenes oficiales. Solo 8 eran Mayores para entonces,  acaso los 8 oficiales que cita Medina le había avisado eran los jefes de la conspiración, a saber, Carlos Delgado Chalbaud, Hugo Fuentes, Miguel Nucete Paoli, Juan Pérez Jiménez, Enrique Rincón Calcaño, Julio César Vargas Cárdenas, Celestino Velasco y Marcos Pérez Jiménez. Para conocer de viva voz de un oficial comprometido las razones del alzamiento, sea propicio citar al Teniente Rolando Loscher Blanco, quien “carcelero” del Don Mario Briceño Iragorry, sostuvo una larga conversación con él  y  cuyo contenido refiere Don Mario en los siguientes términos: “El fin de la revuelta era, según expresión de Loscher, borrar el personalismo que venía privando en la organización del Ejército, cuyos oficiales subalternos se sentían molestos por el trato que se les daba. Dijo Loscher que el oficial carecía de asistencia y que lejos de distribuirse por medio de un procedimiento lógico de justicia la suma destinada a protección del Ejército, eran los servicios prestados como favor personal al Presidente, a cuyo arbitrio pensaba él dar o no la pequeña suma que en cada caso se destinaba a favorecer al oficial. Le invocó también la falta de preparación de los oficiales superiores como motivo de molestia para los jóvenes que habían alcanzado un grado de cultura. Alegaban los oficiales como actitud ofensiva para el Ejército el hecho de que el Presidente Medina pretendiera utilizar la fuerza del Ejército como elemento ciego dispuesto a respaldar sus aspiraciones de gobernar e imponer un nuevo Presidente.” Catalá…Ibid…Pág.37. Don Mario pone fin a este aciago día con la siguiente narración, misma que tiene lugar a las 03:30 horas del día 19 de octubre de 1945 y en la Escuela Militar de Venezuela: “…se abrió la puerta de nuestra habitación y apareció el general Medina, acompañado del Ministro de Guerra, coronel Delfín Becerra; doctor Manuel Silveira, Ministro de Obras Públicas y el mayor Francisco Angarita Arévalo, Presidente del Estado Táchira. Medina estaba vestido de civil y llevaba puesto el sombrero. Estaba visiblemente emocionado, aunque mantenía dominio completo sobre sí mismo. Su voz era entera, el ceño duro y la barba ennegrecía notablemente su rostro. (…) Nos abrazó a los tres y con palabra llena asumió la responsabilidad de la entrega.”No quise que se derramara más sangre inútilmente” dijo. Después se dirigió en tono altivo al mayor Delgado Chalbaud, que había llegado en su compañía y le dijo: “Carlos ahora tienen la responsabilidad del orden. Eviten enérgicamente que Caracas vaya al caos y con Caracas la República. Procedan a constituir una Junta Militar que asuma el poder. Una Junta Militar; por ahora no cometan el error de poner en manos de civiles la autoridad.”  Catalá…Ibid…Pág.41.

[40] Esta afirmación la hacemos, basándonos de nuevo en el testimonio de Don Mario Briceño Iragorry. Hubo un instante o quizás un largo instante, en el que los alzados se sintieron perdidos, según el comportamiento del entonces Mayor Delgado y las apreciaciones que sobre el comportamiento de Delgado hacía el propio General López Contreras, viejo soldado y hombre de armas desde corta edad. Narra Don Mario: “En el curso de la mañana, se presentó a nuestro cuarto el mayor Delgado, vivamente alterado. Casi no podía hablar, según era su excitación. Nos dijo que el general Medina estaba sacrificando por medio de la policía la población civil y que ellos pensaban parlamentar, por medio del embajador Corrigan, con el Presidente, más el embajador insinuaba que para ello fuera autorizado por López Contreras. Este manifestó la mayor sorpresa por las cartas que querían darle en el negocio y se negó a mediar de ninguna forma, pero sugirió que los rebeldes entraran en contacto con el Presidente por mediación del doctor Oscar Augusto Machado. El mayor Delgado aceptó la insinuación y dijo que haría así. (…) Nosotros, en realidad, tuvimos la sensación de existía angustia y duda por parte de la Oficialidad. Y pensó el general López que ellos evacuarían la Escuela con la noche. Se hicieron las conjeturas en relación a nuestra suerte futura. O bien los oficiales nos llevaría con ellos, o bien se servirían de nosotros para evitar un ataque formal del Gobierno a la Escuela, o, lo peor del caso, nuestra suerte quedaría a merced de la milicia, capaz de ultimarnos al ver perdido el golpe militar.” Catalá…Ibid…Pág.39. Nota: Las negrillas son nuestras. Interesante: aparece de nuevo el Embajador Corrigan como protagonista en la coordinación de gestiones variopintas, en el contexto de la conspiración contra el gobierno del General Medina Angarita.

[41] Battaglini...Ibíd…Pág.211.


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